Uno de los elementos más importantes de una moto es, sin ninguna duda, la matrícula: el código alfanumérico que identifica e individualiza nuestro vehículo. Sin ella, evidentemente no podríamos conducir, por lo que hay que ser muy cuidadoso a la hora de elegir qué tipo será la que vayamos a utilizar. Ya sabéis: lo prioritario es pasar la ITV, y uno de los aspectos que debemos tener más en cuenta para hacerlo con éxito es el estado de nuestra matrícula.
Las características que siempre debe reunir una buena matrícula son las siguientes: debe ser legible, tiene que estar en perfecto estado y no la podemos modificar bajo ningún concepto. También tenemos que tener en cuenta su posición original. Por lo general, la matrícula siempre se sitúa en la parte trasera (colín) encajada en la carrocería, y si en algún momento queremos cambiarla de posición, puede que nos pidan la homologación de dicho cambio (si es que este cambio es legal en un primer momento).
Material de fabricación de las matrículas
Algo muy positivo para el mundo de la moto fue la llegada de las matrículas de plástico (también llamadas acrílicas o de ABS), pues supusieron un plus de seguridad para los motoristas. Antes de su aparición, solo existían las matrículas de chapa de metal, cuyo filo podía ser muy cortante en algunas ocasiones. Los dos modelos son válidos y recomendables para grabar nuestra matrícula, pero, en el caso de que sea de chapa, es conveniente que la rodeemos con un portamatrículas de plástico, que además la otorgue un grosor de 3 mm como mínimo.
El inspector de la ITV puede valorar que si una matrícula de chapa queda demasiado expuesta, pueda constituir un elemento cortante algo peligroso. Sin embargo, si la matrícula está en su posición natural (en el colín de la moto), no tendríamos ningún problema (de ahí, que mencionáramos antes los posibles problemas a la hora de posicionarla de una manera distinta). Por tanto, ambas matrículas son legales y válidas, pero debemos tener en cuenta nuestra seguridad y las de nuestro alrededor a la hora de elegir nuestro modelo.
El tamaño ideal para la moto
La medida estándar de las matrículas para moto es de 220 x 160 mm. Sin embargo, en el año 2010, se introdujo una nueva medida de menores dimensiones, que sólo aplicaba a las motos de Trial y de Enduro, de 132 x 96. Esta nueva medida se introdujo por motivos de seguridad para conductores de motos más pequeñas, puesto que la medida estándar podía suponerle un peligro añadido en caso de caída.
La medida estándar la rige la normativa, por lo que si respetamos los códigos normativos dependiendo de nuestro tipo de moto, no tendremos ningún problema legal.
Más cosas que debamos tener en cuenta
Algo que también puede generar problemas a la hora de pasar una revisión de la ITV con nuestra moto, es el caso de una matrícula doblada. Las dos razones principales por las que algunos conductores de moto la llevan de esta manera, son: la estética y un intento de engañar a los controles de velocidad. No obstante, doblar la matrícula no está prohibido, pero hay un límite que no hay que sobrepasar: no pueden estar inclinadas más de 30 grados sobre el plano vertical.
Por último, y volviendo a tratar el tema de la posición de la matrícula, debemos advertir que por una mala posición de la matrícula se puede llegar a suspender la ITV. Por ejemplo, las matrículas colocadas en el lateral no están permitidas: no se pueden legalizar debido a que no cumplen con los criterios de visibilidad. Existen algunos modelos de motos cuyas matrículas se encuentran en ubicaciones muy imaginativas, a veces distando mucho de la que debería de ser: hay que tener cuidado con esto.
Esperemos que este artículo te haya servido para tener claro todo sobre la matrícula de tu moto. Ahora tienes las pautas necesarias para pasar la siguiente revisión de la ITV con un éxito garantizado (al menos en lo que corresponde a la matrícula).