Caballos
15 cv
Carnet necesario
A1 o B
Cilindrada
125cc.
Tipo de moto
Naked
Peso en vacío
137 kg.
Precio Base
4.549€
Hoy traemos a nuestro rincón la prueba de un modelo que ha representado un completo éxito de ventas de la marca austriaca entre los motoristas más jóvenes; una naked que hace una representación a escala de sus hermanas mayores y un calco del recio estilo deportivo que ha caracterizado desde siempre las motos diseñadas en Mattighofen.
Bien. Pues con esta 125, la más pequeña, completamos nuestro particular serial de reportajes sobre la saga Duke y Super Duke, que empezamos con un pepino como la 1290 Super Duke GT, y que hizo su escala más actual y novedosa con la prueba de la 790 Duke, montando el primer motor bicilíndrico en paralelo de la marca austriaca. En medio quedó también la 390 Duke, como el siguiente paso a este primer peldaño que probamos ahora para nuestros lectores.
La 125 Duke es tan suave que sorprende
No cabe duda de que la Euro4 y sobre todo la limitación a 15 CV, para resultar conducible con el carné B, representan un severo bocado al temperamento que cabría esperar en un monocilíndrico de cuatro válvulas, con el genio austriaco, y a una moto con una arquitectura monolítica como la que compone la parte ciclo de esta 125 Duke.
Y lo cierto es que encontramos, por el contrario, un monocilíndrico asequible a todos los públicos principiantes, con una entrega suave y un par motor que llena inusualmente el régimen bajo de un motor con 125 cc exactos. Además, un embrague de mantequilla y un cambio que se siente como una mera pulsación en el pie hacen más fácil si cabe la conducción de esta monocilíndrica.
Aparte de ello y a cualquier régimen, sus vibraciones son las justas y necesarias para hacernos sentir que conducimos un motor de explosión, y no uno eléctrico; y su sonido, se deja oír como un verdadero susurro al ralentí, con un discreto rumor que llega a escucharse en la raya más alta del cuenta revoluciones.
Lo cierto es que resulta un verdadero lujo conducir toda una KTM en medio de la madrugada urbana, abriendo gas a fondo sin tener la sensación de que la banda sonora que nos acompaña escale por las fachadas, para llamar en cada ventana soliviantando el descanso del vecindario.
La Posición de la KTM 125 Duke
Deja los pies un tanto retrasados y elevados, al estilo más deportivo del segmento naked, mientras que las piernas quedan acogidas por una ergonomía tan anatómica, que se siente la falta del piloto cuando contemplamos la 125 Duke sola.
El trasero, por su parte, queda bien sujeto en la ergonomía que alberga el asiento para el conductor. Es realmente el manillar, ancho y bien centrado sobre la tija superior, el que da a la postura sobre esta 125 Duke que los calificativos nos llevan directamente al terreno del deleite. Uno se puede recrear en una apurada de frenada buscando el número de ges que es capaz de asimilar nuestro laberinto del oído, y luego te permite sentirte con el poder de rebasar la línea en la que girarías cualquier moto, para finalmente virar, con tan solo un gesto intuitivo, para entrar en la curva en apenas un pestañeo.
El paso por curva de la 125 Duke
El chasis con estructura triangulada, sobre tubos de sección redonda, hace que la inclinada se sienta tan sólida como precisa, manteniendo al milímetro la trayectoria que buscamos, incluso yendo tumbados más allá del roce de las estriberas. La línea de nuestra trazada no se descompone ni una micra, aunque pasemos sobre ondulaciones o salientes del firme, al pasar con el peso pluma (137 kilos) y de distancia entre ejes (1.357mm) tan escueta que definen el físico de esta 125 Duke.
Otra perspectiva de la KTM 125 Duke
Bien, y después de este somero repaso a lo que ofrece y al comportamiento que muestra esta soberbia octavo de litro, pasamos el testigo a nuestra colaboradora Cristina Alberquilla para que muestre a nuestros lectores su perspectiva, mucho más juvenil que la de un servidor, describiendo matices que seguro a uno se le escapan y que no me cabe duda de que resultarán de lo más interesantes para el posible comprador de esta super naked de 125.
Esto es lo que nos cuenta Cristina:
La primera apreciación de la KTM 125 Duke es que entra por los ojos: sus líneas angulosas confieren un aspecto agresivo a la moto, potenciado por los colores llamativos que utiliza tanto en carenados como en chasis, (como el naranja clásico de KTM) y enmarcados por el negro que les da una mayor presencia. Sus formas, a mi subjetivo modo de ver, parecen estar inspiradas en un insecto, o un animal, con dos faros alargados que nos recuerdan a la cabeza de las avispas, ambos funcionales con iluminación LED, aportando un plus a este aspecto moderno de esta KTM.
Si seguimos sus líneas, su colín acabado en pico nos podría recordar a un aguijón, mientras que la forma del depósito, con una joroba muy pronunciada, parece estar inspirado en un felino erizándose y a punto de iniciar un ataque. Y eso es lo que viene a decirnos esta moto: soy pequeña, pero vengo preparada.
Cómo se siente la KTM 125 Duke
Y eso mismo es lo que empieza a demostrar en el momento en el que te subes a ella. Si bien es alta (830 mm el asiento), al ser estrecha y ligera permite maniobrarla con facilidad. El asiento, es amplio y no desliza, de modo que siempre encontramos la posición confortable sin desplazarnos, aunque tengamos que realizar una frenada fuerte. La posición de los brazos es cómoda: su manillar es más bien recto (a comparación de otras motos naked) y con el ancho justo para permitir maniobrar la moto de forma fluida a velocidades bajas. Cuando accionamos la maneta de embrague, vemos que va muy suave, algo que agradecerán las muñecas de quienes hagan un uso urbano de la moto y tengan que subir y bajar muchas marchas.
Arrancar la 125 Duke
Giramos la llave y se enciende el cuadro de mandos, con una pantalla a todo color (y con modo noche, automático, para que no deslumbre), que nos indica todo lo que debemos saber de la moto: velocidad, revoluciones, marcha engranada, consumo medio, autonomía… Entre otros datos más que podemos configurar a través de un menú, manejado con la cruceta ubicada en el puño izquierdo.Arrancamos el monocilíndrico y escuchamos el sonido metálico característico de KTM que le da a esta moto un plus de personalidad. Engranamos la primera, que entra suave, y nos ponemos en marcha. Los pies quedan retrasados y a una altura moderada, dado el carácter de la 125 Duke.
En marcha con la 125 Duke
Las primeras sensaciones: un motor suave y progresivo, aunque nos pasemos dándole gas, pero con carácter a partir de las 6.000 vueltas, que serán necesarias, si queremos exigirle que alcance velocidad rápidamente, entrando, por ejemplo, en la incorporación de una autovía. En definitiva, ofreciendo sensaciones deportivas.Las seis marchas del cambio entran con mucha suavidad y rapidez, ya sea subiendo o reduciendo, encontrando una retención del motor moderada, incluso aunque soltemos el embrague de forma precipitada. La frenada, encargada delante a un disco descomunal de 300 mm, y apoyada en un ABS desconectable Bosch 9,1, de dos canales, también resulta progresiva en el primer recorrido de la maneta, para luego volverse contundente si tiramos de ella con toda la intención.
Su parte ciclo nos ofrece de forma constante y certera el estado del firme sobre el que circulamos: notamos los pequeños baches, las grietas e irregularidades como si los sintiéramos con las palmas de las manos y también en los pies. Sin embargo, eso no quiere decir que si pasamos por un tramo bacheado la amortiguación, firmada por WP, no vaya a absorber cada el impacto, muy al contrario: los hombros, los codos y los lumbares no tendrán que sufrir el mal estado del asfalto. La 125 Duke también ayuda a la hora de entrar en curva, de hecho, ni siquiera lo hemos pensado cuando nos damos cuenta de que la moto ya se está inclinando para tomar una rotonda, un giro en una calle o una serie de curvas , comportándose en todo momento de una forma estable.
El resto de los mandos (intermitentes, luces, claxon) se encuentran de una forma muy intuitiva. La luz de cruce ofrece una luminosidad intensa, incluso en carreteras sin alumbrado; y si sumamos la luz de largo alcance tendremos una visibilidad perfecta.
Un aspecto a mejorar es el diseño de los retrovisores, que si bien guardan una estética a juego con la línea de la moto, sus espejos recortan parte del panorama que tenemos tras nosotros.
La 125 Duke con acompañante
Si bien contamos con un peso extra cuando circulamos con pasajero, o “paquete”, no afecta al comportamiento de la moto ni a la comodidad de quien la conduce, incluso cuando no hemos modificado la precarga del amortiguador. El espacio del asiento trasero es amplio, lo que permite a quien nos acompaña poder colocarse de forma cómoda sobre él y permitir libertad de movimientos al piloto.
Opinión de la pasajera
«Es una moto cómoda, porque el asiento trasero es bastante ancho y da espacio de sobra para poder ir en una postura agradable. Apenas se perciben los baches, que es lo que más suelo notar en los lumbares. Tampoco se sienten los vaivenes del basculante durante el paso por las curvas o por los cambios de rasante: la moto va constante.Los estribos del pasajero también van más bien bajos y se agradece no tener que viajar encogida. Del mismo modo, resulta reconfortante encontrar unas asideras bajo el colín para poder agarrarse, aunque no son imprescindibles ya que la moto no da tirones al acelerar y al frenar no me deslizo en el asiento, que es algo a agradecer.»
Precio de esta KTM
Evidentemente un modelo con una instrumentación tan sofisticada, un motor de alta tecnología y una parte ciclo de nivel prémium no podría entrar, por fuerza, en competencia con las motos más baratas que inundan los 125 cc actuales; por eso hay que considerar que esta Duke pequeña se encuentra en una categoría muy superior, que bien podría equipararse a algunas motos de cilindradas superiores.
Todo ello lleva a un precio actual de 4.549 euros.
Pros
Cons
Conclusión:
Un modelo verdaderamente impactante para el público más joven que quiere iniciarse en el mundo de la moto. Una naked deportiva a escala, en 125 cc, de todo lo que transmiten sus hermanas mayores de catálogo. Un motor de conducción suave que hará las delicias de los que empiezan y consentirá sus errores, lo mismo que toda la parte ciclo, sencillamente soberbia, que construye esta KTM con todos los valores de la marca austriaca.