La alusión a este síndrome de Yamaha va a ser inevitable y repetida a lo largo de este reportaje; pero de momento, vayamos a analizar parte por parte y por sí mismo este soberbio scooter taiwanés, al que con la referencia al Kaletnikov, o sin ella, Kymco ha querido llamar AK 550.
El Kymco AK 550 en parado
Sobre la apariencia de cada moto, no solemos hacer comentarios, a menos que encontremos algún detalle a destacar al observándola en vivo. No es el caso del Kymco AK 550, y por tanto, dejamos al lector que juzgue la afilada estética, con sus pretensiones incluidas, que perfila este maxi scooter de Kymco AK 550
Al aposentarnos sobre el asiento, su altura (785 mm) no se percibe particularmente elevada, sin embargo su anchura sí que exige cierta talla para abarcarla con las piernas y plantar los dos pies sobre el suelo, algo que no resulta imprescindible, a poco que se cuente con una mínima habilidad para mantener en equilibrio un peso de 226 kg bien centrado en la parte más baja del scooter. Las manos encuentran de una forma natural el manillar situado un tanto atrasado y más bien bajo, que sincroniza con la situación, también llevada atrás de nuestras posaderas. Los pies, por su parte, quedan en un punto adelantado sobre la parte baja de las plataformas, no digamos ya, claro está, si los colocamos sobre la más elevada, que alcanza la posición cruiser del mundo custom.
En cualquier caso, el Kymco AK 550 ofrece una posición bien dispuesta para el ataque de las aceleraciones que son capaces de desarrollar los 53,7 CV de este arma taiwanesa, también ayudada por el grueso resalte que forma el asiento para rematar la plaza del conductor.
Al ataque con el Kymco AK 550
El Kymco AK 550 ofrece dos modos de conducción. Seleccionamos el modo full y sentimos al girar el puño del acelerador un empuje instantáneo y contundente, que se percibe continuo hasta el final del cuentarrevoluciones, allá por las 7.500.
Su sonido embaucador, homologado Euro4, es la banda sonora que acompaña al empuje del bicilíndrico twin de 8 válvulas y 550,4 cc, con refrigeración líquida; un empuje que se siente robusto y rotundo en todo su desarrollo, y ni que decir tiene que va sobrado, con más de un múltiplo, tanto para dejar atrás en la salida de cada semáforo a la jauría de coches, como a los tetris con los que podría encerrarnos a buena velocidad en nuestro tránsito por la autovía de circunvalación.
El modo Lluvia, por otro lado, ofrece una entrega algo más pausada de una potencia también levemente recortada, pero que sobra igualmente para librar sin compromisos los lances urbanos que hemos descrito, mientras que, al mismo tiempo, regulará un consumo de ese recorrido diario y obligado que cada vez en más casos toma una dimensión interurbana.
¿Es realmente un scooter deportivo?
Esta pregunta flotaba en nuestra mente desde mucho antes de tener este maxi scooter en nuestras manos, por lo que, una vez recogidas las primeras impresiones sobre su motor de dos pistones, no quisimos andarnos con medias tintas y cargamos el buque insignia de Kymco AK 550 en el remolque, como cualquier moto deportiva, o como cualquier pepino de carreras, y nos lo llevamos al circuito: el mejor laboratorio posible para probar su comportamiento dinámico en general, con lo que allí mismo, sobre la propia pista, comprobamos hasta qué punto el Kymco AK 550 es un maxi scooter deportivo. Y tanto en general como en particular, nuestro titular para este apartado es el de “Un comportamiento soberbio”.
Evité leer cualquier especificación antes de entrar en la pista de FK1 con él para de ningún modo me condicionasen. El resultado es que, después de probarlo, sólo encontré la explicación a un aplomo monolítico, sobre todo al paso por los virajes más rápidos, en un chasis fabricado en aluminio con diseño al estilo de la doble viga. La realidad es que el Kymco AK 550 se aguanta mejor que muchas, muchas motos del mercado; si bien es cierto que, al fin y al cabo, iba sobre una verdadera moto, con las ruedas algo, sólo algo más pequeñas.
Entrando en curva y frenada con el Kymco AK 550
Pero discúlpeme el lector porque he empezado el castillo por las almenas, y he pasado por alto aspectos fundamentales, como por ejemplo la elevada capacidad para el giro para entrar en la curva.
Lo cierto es que este Kaletnikov ya apuntaba unas claras maneras en la propia ciudad, simplemente al doblar la primera esquina y más aun al negociar la primera rotonda; pero, ya metidos en la pista, cuando llegué al final de recta, quise ir mucho más allá dejando correr la moto hasta meterme literalmente en la cocina de la curva 1. Allí el Kymco AK 550 realizó el giro de una forma tan rápida como precisa, una forma sencillamente soberbia, alcanzando ese punto después de ejecutar una frenada que parecía no agotarse nunca.
El Kymco AK 550 en circuito a tope
Efectivamente, durante las vueltas siguientes, tiré y tiré de la maneta cada vez más tarde y cada vez más fuerte en su tramo final. El Kymco AK 550 no sólo mantenía la cara sobre la estabilidad de su horquilla invertida (barras de 41 mm), sino que todavía me sobraban metros para entrar en la curva por la trazada buena. Luego, al parar y observar el tren delantero, quedaba también clara la única explicación de ese comportamiento. Un doble disco flotante de 280 mm, mordido por pinzas radiales monoblock, conectadas por latiguillos metálicos a una bomba de lo más eficaz. Pero no todo el secreto de esta frenada tan eficaz está en el equipo Brembo: el bastidor de inspiración deportiva sin duda también tiene lo suyo que decir al respecto.
El paso por curva
No me sentía cómodo del todo, dado que las plataformas, si bien están colocadas a buena altura, llegan hasta el punto medio de la longitud total del Kymco AK 550 (2.165 mm), y la tendencia natural cuando quieres ir de prisa y tumbar al límite es lógicamente llevar los pies atrás. Hice lo que pude al respecto y agarré las botas, como los dedos del alpinista, al resquicio final que remataba cada plataforma.
De esa forma, pasé una y otra vez por las largas curvas de tres radios que forma el trazado. Pero lo realmente llamativo es que, ya desde el principio, me tiré a bocajarro y sin contemplaciones dentro de cada viraje, con la misma confianza que se suelta el trapecista para sentirse acogido por la red. La solidez del paso por curva es absoluta, tanto es así que igualmente desde el primer momento colgué todo el cuerpo (108 kg), con la cabeza fuera del Kymco AK 550 y con el codo interior apuntando al asfalto.
Aparte de ello y una vez que vas subido a este soberbio maxi scooter, la distancia libre al suelo con la moto inclinada se antoja infinita, contando además como un saliente que frecuentemente recorta esta medida como es el caballete central. Realmente no vas a rozar, a menos que lo busques tirando el AK 550 y quedándote con el tronco más firme que un centinela real, porque a poco que eches parte del cuerpo al interior se pueden hacer pasos por curva de auténtico vértigo sin que te juegues una caída al apoyar cualquier elemento rígido de este soberbio –repetimos el calificativo- , soberbio maxi scooter.
Kymco ak 550 velocidad máxima
Para rematar la salida de la curva, la patada instantánea del bicilíndrico, con su par de 55,64 Nm, no sólo te saca de ella poniendo la moto en vertical al instante; sino que prácticamente te catapulta a por el próximo viraje, o hasta el final de la recta, para alcanzar allí con relativa rapidez la velocidad máxima, viendo en el marcador los 180, mientras que Kymco AK 550 declara en su ficha 161,7 km/h.
La visión de Ismael Bonilla
Ismael Bonilla, ex campeón de España de Super Bikes y popular probador que escribe para los compañeros de Fórmula Moto, es otro particular afectado por el síndrome Tmax; tanto es así que ocupó el núcleo principal de este especial que publicamos sobre la Yamaha T Max, tras la experiencia que vivió al irrumpir con su maxi scooter en la pista de Albacete.
No podíamos pasar por alto la oportunidad de que Isma tuviera una toma de contacto con el Kymco AK 550 y nos diera sus impresiones. Pero debemos de hacer un apunte importante antes de plasmar las palabras del campeón: Su Tmax no es exactamente de la última, sino de la penúltima edición, sobre la que, como bien conoce el lector, Yamaha introdujo profundos cambios, aparte de una diversificación en tres nuevas versiones.
Bien. Esto es lo que nos contó Isma Bonilla inmediatamente después de bajarse del Kymco AK 550:
Creo que a los maxi scooters en general, con sólo hacerles lo único que le hice yo a la mía, que es ponerle un escape para quitarle el mazacote del catalizador y todo lo que lleva, tienes otra moto. Sin hacer nada más. Pero, aun así, este Kymco AK 550 tiene una reacción acojonante; y de hecho te diría que está muy próxima a mi Tmax, con el Akrapovic completo que lleva montado. Además, el año pasado probé el equivalente en BMW, el C600 Sport, y éste de Kymco AK 550 ofrece una respuesta con bastante más chicha. A baja velocidad, digamos entre semáforos, a 20 o treinta, le das y la moto responde de una forma contundente. Impresiona. Luego, a 100 o un poco más, aceleras y sí se siente un poco más perezosa, lógicamente.
Le pregunto entonces si la siente en esa franja más perezosa que su Tmax
Sí, más que mi Tmax, pero es por el escape de serie que monta este Kymco AK 550. Pero si mi Tmax montara ahora el escape de serie, yo creo que ésta estaría a la misma altura, o más, me refiero a más potente. Así es que el motor me parece impresionante.
La posición me resulta prácticamente idéntica a la de mi Tmax. El espacio para estirar las piernas me vale con mi 1,90. Diría también que tiene un carácter deportivo porque al pasar por algunas pequeñas irregularidades, rizados del asfalto y cosas así, el tarado de las suspensiones se siente tirando a duro, percibiendo en los riñones cada una de esas irregularidades. A mí me gusta así. Yo la dejaría así, pero eso lo tiene que valorar cada uno.
Bueno. Y las dos cosas no ya que más me hayan gustado, sino que me han impresionado de este Kymco AK 550 son:
Uno, la agilidad con la que se mueve, y te diría incluso que es bastante más ágil que mi Tmax. Me ha recordado a algunas motos de carreras que tienen una geometría muy agresiva. Se la siente larga y baja. Gira sola. Cambia de dirección sola. No sé si será por el chasis, por la geometría, por los neumáticos, por haber centrado todo el peso abajo…, no sé por qué, pero la verdad es que me ha parecido súper ágil, siempre en comparación con la mía.
La otra cosa que me impresionado, pero impresionado, vamos, son los frenos. Es exagerado cómo frena. El ABS (Bosh 9.1) está en la línea de estas motos: entra cuando tiene que entrar, y no me ha parecido especialmente intrusivo.
Aparte de esto, se aguanta y tumba una barbaridad. No he llegado a tocar ni con el caballete ni con nada, porque ha habido un momento, tumbando, en el que he tenido que acordarme de que voy en vaqueros. Si no, estoy seguro que el nivel de inclinación que puedes alcanzar es alucinante.
En definitiva, a esta moto le pones dos tonterías, como la del escape, y es un cañón.
El Kymco AK 550 frente al Tmax sin tapujos
Nuestro buen amigo Manolo L. Villaseñor, probador en la nómina de La Moto y colaborador fijo de Canal Moriwoki, además de regente de TCM, servicio oficial Kawasaki, es otro profundo afectado por el síndrome Tmax, que también colaboró en nuestro especial dedicado al maxi scooter de Yamaha; pero la afectación de Manolo por este particular síndrome es mayor, si cabe, que la de Isma, puesto que no sólo cuenta con un Tmax de última edición en su garaje, sino que también conserva, con cerca de 90.000 km, el que compró nuevo en su día de la primera edición.
Manolo se marchó con el Kymco AK 550 apuntándome que le bastaría con dar una vuelta a la manzana para probarlo. Pero pasaron cinco minutos, también diez, y lejos de preocuparme, intuí lo que estaba experimentando. Cerca ya de la media hora, apareció con el Kymco, mostrando una sonrisa que descubrió al levantar la pantalla del casco. ¡Oye, va muy bien! Sí, sí, el motor empuja muy bien, se tiene fenomenal y se siente muy precisa al girar… Le hice, como es lógico, la pregunta de referencia a su nuevo Tmax, y en lugar de responderme, me ofreció sus llaves.
Casualmente y durante la semana anterior, había tendido la ocasión de hacer para otra prueba unos cien kilómetros con dos de las últimas versiones del scooter de Yamaha, pero nada como probarlo en caliente, recién bajado del Kymco AK 550, para volverme a subir a él otra vez, después de dejar aparcado el Tmax de Manolo.
Apenas necesité girar en dos calles para sentir la diferencia: la primera para percibirla y la segunda sólo para confirmarla. Podemos decir que el Kymco AK 550 ejecuta el giro para entrar en la curva de una forma rápida y precisa, mientras que la del Tmax DX es fulminante, y no por ello falta de precisión. Este detalle del Yamaha será apreciado sin duda por unas manos con cierta experiencia y sobre todo con un refinado tacto; no será lo mismo para alguien que por ejemplo sólo ha tocado la moto de la autoescuela, porque le resultará particularmente nervioso; sin embargo ese mismo motorista novel sentirá esa impresión al conducir el Kymco AK 550, algo más aplomado en ese giro.
La medida de los neumáticos es idéntica en ambos scooters, lo mismo que la del ángulo de lanzamiento de la dirección (25º), por lo que habrá que buscar la explicación en los 5 mm de diferencia en la distancia entre ejes, 1.580 mm para el Kymco AK 550 por los 1.575 del Tmax, y en los 14 kilos más ligero que se muestra el Yamaha sobre la báscula.
Este detalle nos lleva también a plantearnos si acaso el Kymco AK 550 persigue algo más que enfrentarse al Tmax de última generación –en cualquiera de sus tres versiones- y por extensión y sin olvidarnos al BMW C600 Sport, buscando cubrir también un espacio desierto hasta el momento en el mercado de los maxi scooters. Veámoslo a continuación.
¿Es un maxi scooter sport-touring?
La leyenda «Super Touring» que muestran las dos placas colocadas a ambos costados lo delatan en esa dirección, desde luego, pero también encontramos en marcha algunos detalles que ya empezaron a formar esta idea en la mente de quien firma el reportaje, antes incluso de descubrir lo escrito en esas dos placas.
El propio comportamiento del Kymco AK 550, particularmente su aplomo mantenido cuando marcha en vertical, su firme asentamiento sobre la autopista, lo hacen sentir en buena medida sobre la línea de una GT. Lo mismo ocurre con su ergonomía, notablemente espaciosa para albergar a un conductor de talla XXL, así como en la amplitud y en la particular comodidad que ofrece el espumado de su asiento. Sobre este aspecto, es muy probable que el lector conozca dos tendencias.
La primera de ellas es la francesa, con un mullido blando que trasmite una acogedora y placentera sensación en el primer instante, y que se mantiene durante la primera hora de asentamiento, pero no para siempre. Por otro lado, existe la alemana, partidaria de fabricar un espumado de sensación firme, tanto que se siente incluso dura en el primer momento; pero que poco a poco y sobre todo con el paso de unas cuantas horas, nuestra anatomía va agradeciendo mientras que se va amoldando a la silueta de su ergónomica, resultando mucho más eficiente, al menos sobre el papel, para combatir la fatiga.
Bien, Kymco AK 550 parece seguir claramente esa tendencia alemana, por señalarla de algún modo, con un espumado de cierta furneza para las dos plazas del asiento. Este detalle puede representar otra invitación para hacer kilómetros, lo mismo que la generosa amplitud que ofrece el propio asiento. En cualquier caso, esta firme consistencia del espumado, lo mismo que el tapizado antideslizante, representa también otro elemento más de deportividad para percibir, tal y como nos contaba Isma, la lectura que el Kymco AK 550 hace el asfalto sobre el que rodamos.
Otro aporte más para sumar a la lista de cualidades sport-touring de este Kymco AK 550 es el nivel de vibraciones de su motor, que práctica no merece comentario a cualquiera de sus regímenes.
El Kymco AK 550 con pasajero
Si generosa es la amplitud de la plaza delantera, la plaza trasera se extiende en consonancia hacia atrás y a ambos costados. El pasajero va sentado realmente cómodo, con espacio suficiente para moverse cambiando de postura durante una larga travesía, tanto que, con la metáfora utilizada en otras ocasiones, permite continuar un viaje después de una sentida discusión de pareja.
Por otro lado, sus estriberas quedan colocadas a una altura bien estudiada para llevar las piernas recogidas en una postura cómoda; si bien es verdad que su hechura es tan deportiva como las de una mismísima erre erre, una cualidad apreciable mientras permanecen plegadas, desde luego, pero que en un recorrido largo llevarán al pasajero a preferir pisar sobre goma, en lugar de hacerlo sobre el metal dentado, y echará también de menos una superficie algo más amplia.
En la ciudad con el AK 550
Será sin duda el escenario mayoritario y más cotidiano para el Kymco AK 550, que nos llevará a aparcar frecuentemente sobre la acera. Tanto al acceder a ella como al abandonarla, su altura libre al suelo resulta suficiente para superar cualquier bordillo.
Por otro lado, su agilidad y su bajo centro de gravedad, unidos a su recortado radio de giro, facilitan el sorteo de los coches cuando están atrapados sobre la eterna fila del atasco. La anchura total del conjunto es de 795 mm (espejos incluidos), suficiente para pasar con soltura por esas filas, algo a lo que ayudan los retrovisores, situados a una altura que los eleva por encima de la mayoría de los que montan los turismos.
El consumo que hemos registrados con aceleraciones constantes, exigentes en la mayoría de los casos, con las dos plazas ocupadas o al menos con los 108 kilos de quien firma, fue de 5,8 litros, pero lo cierto es que resulta fácil bajar de los cinco a los cien, con una conducción más uniforme y habiendo seleccionado el modo de lluvia. De esa manera, si en el depósito caben 15 litros, la autonomía varía desde los 250 hasta más de los 300 kilómetros.
Equipamiento del Kymco AK 550
El Kymco AK 550 cuenta con un interesante inventario que le presenta en el mercado como uno de los maxi scooters de serie más equipados.
Puños calefactados, pantalla TFT, sensor para medir la presión de los neumáticos, llave de proximidad, retrovisores abatibles, iluminación full led, freno de estacionamiento, doble guantera y sistema de conexión con el smat phone de su propietario. Por otro lado, el parabrisas es montable y desmontable en dos posiciones, y el en el espacio que se abre bajo el asiento, de apertura eléctrica e iluminado automáticamente, cabe no sólo un casco integral de cualquier talla, sino que además podemos guardar un mono de lluvia, junto a algunos objetos blandos más.
Por su parte, la información disponible en la pantalla es tan completa que ofrece datos tenidos en cuenta en otro tiempo, y no por ello menos apreciables hoy día, tales son la carga de la batería o la presión del aceite de un motor lubricado por cárter seco.
Sistema de navegación Kymco
Ya lo adelantamos en su presentación durante los días del salón Viva la moto. El sistema Noodoe Navigation va bastante mucho más allá de lo que representa un mero mapa. Kymco AK 550 ha diseñado una app pensada exclusivamente para el motorista, que trata de evitar por cualquier distracción innecesaria, ofreciendo una información que cambia según la escala que apliquemos con el botón de control que encontraremos sobre la piña izquierda, una información que se puede ver nítidamente sobre la propia pantalla de la moto. En este vídeo, queda expuesto su funcionamiento para entenderlo con claridad.
Mejorable en este Scooter
Mencionamos dos detalles que entendemos no representan otra cosa, a buen seguro, que pequeñas dolencias de juventud.
Las guanteras
Son simétricas, situadas a ambos lados de la columna de dirección y ofrecen sendas cavidades realmente retorcidas, dentro de las que a veces tendremos que hacer contorsiones con la mano correspondiente para sacar algún pequeño objeto, como la propia llave de proximidad.
Plataformas
La posición elevada de las plataformas no tiene continuidad con la más baja, por lo que la mitad trasera del pie queda en vilo sobre un escalón, algo que no ofrece toda la confianza, cuando se pretende ir a los ritmos que permite el Kymco AK 550 con los pies colocados arriba y, por ejemplo, pisando con firmeza, uno u otro, para girar a la entrada de un viraje.
Pantalla
Sobre el ya comentado y maleado tema del reflejo que destella la pantalla TFT del Kymco AK 550, precisar que sí, efectivamente, dificulta en alguna medida la lectura de su información, pero esto sólo ocurre cuando el sol incide directamente sobre ella.
Kymco ak 550 precio
El precio de este modelo es de 10.249 €
Único color: Negro Vulcano
Opinión final sobre este scooter
El Kymco AK 550 irrumpió en el mercado con desparpajo para plantar cara abiertamente al tótem de ventas por antonomasia del segmento, con el que Yamaha ha llegado incluso a abducir a sus partidarios provocándoles el síndrome Tmax, una afectación de complicada curación. Kymco AK 550 ha realizado para ello un esfuerzo de titanes, haciendo sitio en su catálogo para un maxi scooter con un motor de soberbio comportamiento, como soberbia es su planta, su frenada y también su aplomo. Un maxi scooter deportivo que mira sin complejos al lado sport Touring de las dos ruedas, saliendo del concesionario con un equipamiento de serie que representa un valor añadido muy a tener en cuenta sobre un precio verdaderamente competitivo, tal y como se ha puesto el sector. Un maxi scooter preciso y seguro, que además ofrece unos acabados y un remate a la altura del que lo que representa haberse erigido en el buque insignia de una gran marca.
Hola la moto es una pasada ,enhorabuena a Kymco ,lo único es que parece que los que hemos comprado este modelo es para desafiar a la tmax , te miran los que tienen tmax con aires de superioridad cuando el ak perfectamente las supera en muchas cosas ,me siento como un pobretón que quiere estar a la altura del tmax cuando paro en un semáforo y te miran esperando que salgas a todo gas ,no entiendo a todos aquellos moteros si es que se le pueden llamar de alguna manera el pique que le tienen a la competencia .
Desearía que se le diera a esta moto la importancia que se merece ,con mucha más propaganda para que todos entiendan que esta moto no se diseñó para ser una segundona de nadie si no para ser una moto única e irrepetible
Hola, Miguel.
Te entendemos perfectamente.
Muchas gracias por dejar tu comentario.
Un saludo.
Envidiar es comparar.
Hemos sido enseñados a comparar, hemos sido condicionados para comparar, siempre comparar. El Kymko ak 550 es único, por eso siguen comparando y la envidia aparecerá.
Saludos a tod@s.
He cambiado de una BMW R1200Gs a una Kymco AK 550….
Y me he quedado sorprendido de cómo va esta moto….es alucinante.
Hay que felicitar a Kymco por el trabajo que ha realizado.